domingo, 5 de agosto de 2007

La otra Contaminación

(Este artículo fue publicado en la Revista de negocios Entorno Económico de Cuyo bajo el mismo título en el año 2007).


Un derrame de petróleo en el mar es una de las formas más duras, actuales y tangibles de entender el concepto de daño ambiental. Esa que oscurece el tono del agua y opaca la vida de toda flora y fauna marina a su alcance.

Hoy cualquiera entiende que si no dejamos de contaminar y contribuimos a limpiar el daño acumulado, nuestra existencia como humanidad no es sostenible. Pero definitivamente, los tipos de contaminación determinan el impacto, durabilidad del daño y grado de dificultad para resolverlo.

Imaginemos un tipo de contaminación con las siguientes características:

1) Es generada por el ser humano y contamina al ser humano
2) Hace efecto a mediano o largo plazo
3) Su daño es acumulativo
4) El que es contaminado se transforma en contaminante (epidemia)
5) El que contamina muchas veces no sabe que esta contaminando
6) Para limpiar se requiere demasiada energía y tiempo

Si le sumamos a esta lista que esta contaminación afecta al ser humano, en el mejor de los casos, quitándole la posibilidad de contribuir al bien común, estaríamos frente a una de las contaminaciones más peligrosas. Esta otra contaminación silenciosa y poderosamente destructiva es La Contaminación Ética.

La contaminación ética lastima la confianza de manera generalmente irreversible. Si coincidimos en que la confianza es uno de los principales activos de nuestro capital social, si dejamos de confiar (fiar con el otro), difícilmente podamos desarrollarnos de manera sostenible.

Cuando un joven, a través de las conductas que observa, determina que las personas que lo rodean no son de fiar, es un joven contaminado que deja de creer en cualquier otra cosa que no sea el individualismo extremo, que vive el bien común como una utopía y que sentencia que la ética pone en riesgo su supervivencia.

Si pudiéramos imaginar a cada acto de corrupción en el gobierno, empresas, organizaciones de la sociedad civil, universidades, etc. (cada uno encontrará un ejemplo real) como un derrame de petróleo, podríamos visualizar a cada persona involucrada como un agente contaminante y cada uno de los miles que lo observan como contaminados. En este sentido, siento que puedo ver a miles de personas caminando por la calle muy manchadas, cubiertas de petróleo que no los deja moverse, personas opacas, que además de no creer en nada, contagian sistemáticamente su incredulidad con el respaldo que le da cada mancha ética en su cuerpo. Cuando vemos miles de pingüinos manchados por petróleo, no falta operativo voluntario para limpiarlos. ¿A nosotros quién nos limpia? ¿Cómo se limpia?

Cada uno de nosotros ya está contaminado, manchado, opacado por el simple hecho de estar informado y conocer cada una de las faltas éticas cotidianas a nuestro alrededor. Cuando vemos que lo importante es ganar aunque sea haciendo goles con la mano, que no tiene sentido llegar primero porque el “envarado” es atendido antes, que el pensar en el bien común es tan ridiculizado y llamativo, que el respetar la palabra es una antigüedad, nos seguimos manchando y luchamos por limpiarnos, hasta que un día, un derrame importante o la suma de muchos pequeños nos cubre por completo y, sin querer, nos transformamos en personas que contaminan a cada una con las que se roza.

Hoy uno puede elegir cualquier medio de comunicación y encontrar fácilmente una noticia contaminante, que nos seca las ganas. Pero no nos olvidemos que detrás de cada noticia que nos contamina éticamente, hay personas contaminantes. Somos las personas las que, en cada una de nuestras decisiones diarias elegimos y en esa elección agregamos o no un filtro ético.

¿Cuál es el sentido de hundirnos más y más en esta mugre? ¿Qué medioambiente ético les estamos dejando a nuestros hijos? ¿Cómo pueden ellos reconstruir un país si, antes de empezar, les robamos la esperanza? ¿Qué nivel de inteligencia podemos ostentar como sociedad si no somos capaces de ver y solucionar esta contaminación? ¿Cuánto hemos contaminado?

El objetivo es el de disparar el comienzo de un trabajo conjunto con Uds. para combatir esta otra contaminación, a partir de conocer sus características, su impacto, su gravedad, su dinámica de funcionamiento, para comenzar a solucionarlo. No podemos solucionar un problema que existe si no tenemos claras sus reglas de funcionamiento.

Si logramos instalar en la sociedad la contaminación ética como un problema que requiere tratamiento urgente y sostenido, habremos disparado las bases para la solución. Hoy puedes ser parte de la solución y no del problema. Comparte y discute sobre contaminación ética con quienes te rodean. No se trata de ser ético para poder hablar de ética. ¿Cómo podemos mejorar éticamente sino hablamos del tema? Te va a sorprender la cantidad de personas que quieren y creen que es posible recobrar una sociedad con valores. Lo que hoy tenemos como sociedad es el resultado del ser humano. ¿Quién más que nosotros mismos puede cambiar la realidad? ¿De que lado de la contaminación eliges estar?

“Si sueño solo, apenas será un sueño. Si comparto mi sueño con otros, estaremos construyendo una nueva realidad” Claude Ouimet

Daniel Caselles

(La ilustración fue desarrollada por el artista mendocino Mauco Sosa para acompañar el artículo en la Revista Entorno Económico de Cuyo)