martes, 3 de mayo de 2011

¿Cuándo fracasa realmente una relación?



Advertencia! la siguiente ReflAcción puede poner en riesgo la convicción emocional de quienes se sienten víctimas o culpables por el fin de una relación (pareja, amistad, laboral, etc.) despojándolos de esa tortuosa comodidad socialmente tan bien aceptada.




¿El fin de una relación implica un fracaso?
Hoy puedo ver a más personas sufriendo por vivir el fin de una relación como un fracaso, que relaciones que realmente hayan fracasado.

Hemos sido educados culturalmente para vivir el fin de cualquier relación como un fracaso, como algo que no logró lo que se esperaba.  Rara vez nos alegramos al finalizar una relación! A tal punto esto es así, que no solo valoramos la duración en una relación, sino que la celebramos! Cumplir años de "mantenimiento" de una relación, parece ser algo digno de ser festejado.

Eternidad en Japonés
Creo que una posible fuente de este problema podría encontrarse en la confusión que nos genera nuestra lucha inconsciente contra la muerte.  Nacemos y en el mismo acto comienza esa lucha segundo a segundo por mantenernos vivos.  Si pocas son las certezas que tenemos, es ésta sin duda la mayor.  Tarde o temprano dejaremos esta vida y esto puede explicar la celebración de un cumpleaños independientemente de la cultura o creencia del homenajeado.  No festejamos que tenemos menos años por vivir, sino que logramos ganarle tiempo a lo inexorable. ¿Tendría sentido este festejo si existiera la posibilidad de vivir eternamente? ¿Acaso no es la muerte lo que legitima el valor el paso del tiempo?

Ahora bien ¿Para qué le ganamos tiempo a la muerte? ¿Cuál es el sentido de quedarse? ¿Para qué? ¿Solo para ganar tiempo? Cuando alguien cumple años, habitualmente no reparamos sobre la calidad de esos años o para que  sirvieron.  Simplemente, por haberle ganado a la muerte (que no es poca cosa por cierto) ya somos dignos de ser homenajeados.  De este modo, entiendo que antropológicamente tendemos a celebrar el paso del tiempo como un valor en sí mismo y aplicarlo al resto de nuestras relaciones en la vida, al punto de admirar aquellas que perduran en el tiempo, como si hubieran desafiado una tendencia natural hacia la muerte y su duración fuera un verdadero mérito.  Si estuviéramos tan convencidos de que la naturaleza de cualquier relación fuera perdurar para siempre ¿por qué festejamos aniversarios? ¿qué estamos festejando realmente? La principal causa de una desilusión cuando una relación se termina, es la ilusión inicial de que esa relación duraría para toda la vida.  Sin ilusión, no hay desilusión posible.  


Culpas compartidas
Si realmente vivimos el fin de una relación como un fracaso, es esperable indagar sobre las causas y responsables de este fracaso.  Entiendo que de ahí viene la conocida frase: "Cuando una relación fracasa no hay un solo responsable, las culpas son compartidas".  ¿Qué culpa? ¿Estamos asumiendo que, al menos, alguien se equivocó? Claro, cuando hay que hacerse cargo de un "fracaso", comúnmente aparece la necesidad de una suerte de patria potestad compartida: "Si hay que reconocer a este fracaso, los dos seremos los padres por igual".

Por otra parte, si asumimos que cuando una relación se termina, es porque alguien falló, cuando una relación empieza  ¿es porque alguien hizo algo especialmente bien? Si es así ¿Por qué entonces no buscamos al responsable de haber empezado esa relación? ¿Serían culpas compartidas también? Es bien aceptado que nadie tiene que dar una explicación racional del por qué o cómo fue que empezó una relación, de hecho, si la explicación fuera "simplemente sucedió" sería suficiente! Todo el mundo entiende que esas cosas pasan, más allá de que podamos explicarlas, pero a su vez creemos que si se terminó, alguien tiene que poder analizarlo y poder concluir cuál fue el motivo y responsable, asumiendo implícitamente que un "simplemente sucedió" no sería aceptable y es una respuesta que claramente esconde algo más que puede ser explicado!

Yo tiendo a creer que cuando dos personas se relacionan de algún modo (amistad, pareja, trabajo, etc.), es porque coincidieron en intereses, espacio y tiempo pero fundamentalmente coincidieron en las ganas de comprometerse o involucrarse en esa relación, sin necesidad de haber hecho nada extraordinario o especial para empezarla y cuando se termina, simplemente puede responder a que alguna o ambas partes, como buenos organismos vivos y dinámicos que son, cambiaron en alguno de estos factores y simplemente no desea seguir compartiendo esa relación por el tiempo incierto que le quede por vivir.  ¿Cuánto de ego herido existe en la no aceptación pacífica de la voluntad del otro de no seguir? ¿Podríamos interpretar esa voluntad como divergencia de intereses y no como un rechazo personal?


¿Cuál sería el verdadero fracaso?
Detengámonos a pensar por un momento en las siguientes declaraciones:

- "Qué lástima que se hayan divorciado a solo 2 años de estar juntos"
- "¡No vas a renunciar ahora y tirar estos 25 años por la borda!"
- "¡12 años! ¡que aguante! ¡La verdad es que es admirable!"
- "La verdad es que ya no me motiva esta relación, pero yo esperaba que esta vez durara un poco más"

y así una gran cantidad de expresiones corrientes que enfatizan el valor que se le da al tiempo en las relaciones. 

En lo personal, creo que no deberíamos atribuirle valor alguno a la duración en una relación, ya que poco tiene que ver con la esencia de lo que buscamos cuando nos relacionamos.  El verdadero fracaso en un relación, para mí,  es cuando, terminada o no, con la duración que haya tenido, (dos horas o 25 años), no nos ayudó a crecer como personas y/o a mejorar nuestro entorno.  Creo que consiste en medirse uno y su entorno antes y después de esa relación y preguntarse ¿Esta relación me está ayudando a ser mejor conmigo mismo y con los demás? Si la respuesta es positiva, no hay nada que lamentar! Si se terminó, deberíamos disfrutar lo que nos dejó y aceptar el fin como parte de un ciclo natural. 

Si una relación duró toda una vida, ¿podría ser porque el ciclo de esa relación era mayor al ciclo de esa vida que le dió origen?

Si cada vez que nos relacionemos, podemos crecer en lo espiritual, físico, económico, emocional, etc. somos unos verdaderos afortunados.  Lo lamentable sería, por ejemplo, observar el claro deterioro en la auto-valoración de una persona, a raíz de una relación laboral, de pareja o amistad tóxica o destructiva.

Si tuviste la oportunidad de vivir relaciones que te ayudaron a crecer como persona y contribuir a la mejora de tu entorno, entonces tenes todo por celebrar y ningún fracaso por lamentar.


Todo un desafío
Tal vez, si aprendiéramos a convivir de manera más natural con la muerte, aceptando el fin como parte de un ciclo, entonces, tal vez, nos ocuparíamos más de estar PRESENTE, disfrutar plenamente de cada minuto que nos regala una relación y re enfocar nuestra energía en la calidad de las relaciones y no en la acumulación vacía del tiempo recorrido.

Lo lamentable no es la muerte, sino una vida sin sentido. 
Lo lamentable no es el fin de una relación, sino que no haya tenido sentido, que no te haya ayudado a crecer! Si desarrollamos la capacidad de saber qué hay aprender y cómo, hasta el peor final en una relación, podría ayudarnos a crecer.

¿Nos animamos a dejar ir la necesidad de encontrarle una explicación al fin de las relaciones para dejar lugar a que nuevas relaciones nos inunden de vida

¿Seremos capaces de quitarle el valor a la duración de nuestras actuales y futuras relaciones?

¿Qué le estamos dejando a aquellas personas con quienes nos relacionamos?

Daniel

PD: Próximamente estaré compartiendo un nueva ReflAcción acerca de nuestra posibilidad autónoma de crecer a partir de Qué y Cómo aprendemos. Aprender puede ser lo menos recomendable cuando aprendemos mal ;-) 

lunes, 18 de abril de 2011

¿No a la discriminación o Sí a la Diversidad?

Somos Todos Iguales
  
Me imagino en un café, conversando con el color rojo, el negro y el azul y tratando de convencerlos de que ellos son iguales! en el fondo, son todos colores! O caminando junto a un par de notas, que podrían ser el Si y el Sol y convenciéndolas de que no tienen ninguna diferencia una vez agrupadas en la categoría notas! En cualquiera de los dos casos, no estaría cometiendo ningún error de clasificación, porque lo cierto es que el rojo, el negro y el azul son colores, como el Si y el Sol son notas, independientemente de la fascinante capacidad de algunas personas de oír colores o ver sonidos (Sinestesia).

"Somos todos iguales" reza una de las banderas más caminadas de la lucha contra la discriminación.  ¿Somos todos iguales? De solo pensarlo, me abandona en el acto la esperanza sobre un mundo mejor.   

Cuando alguien me dice: "somos todos iguales" y miro a mi alrededor, definitivamente algo me hace mucho ruido.  ¿Será que no somos todos iguales? Claro!! Porque es exactamente todo lo contrario: Somos TODOS diferentes y únicos! ¿cómo entonces podría clasificar a casi 7.000 Millones de personas? ¿En 7.000 millones de categorías o simplemente dentro de la categoría seres humanos? Seres humanos, sería una clasificación que claramente nos exime de cualquier tipo de error de clasificación.  Pero la pregunta es ¿contribuye esta clasificación a resaltar lo mejor de cada ser? Sinceramente creo que no.  Ningún pintor se sentiría motivado con un solo color o un músico con una sola nota.  Si bien algo siempre se puede crear, estaríamos perdiendo la diversidad disponible por esa homogeneidad práctica que la clasificación invita.

 
Si educamos a nuestros niños convenciéndolos de que somos todos iguales, no habrá riesgo de equivocarnos, pero sí estaríamos desaprovechando el importante del valor de la diversidad.  Imaginemos estos dos mensajes desde la perspectiva de un niño:




Mensaje 1: No a la discriminación!
- Somos todos iguales y eso lo tenes que aceptar aunque toda tu vida la gente te muestre matices que pongan en riesgo esta verdad universal.  En el fondo somos todos iguales: seres humanos.  Las diferencias dentro de este grupo (seres humanos) son accesorias, no esenciales.  Por tal motivo, tenes que tratar a TODOS por igual! sin caer en alguna diferenciación que pueda ser discriminatoria! Porque ya verás que la gente esta cada día más sensible con este tema y digas lo que digas o hagas lo que hagas, siempre terminas por hacer sentir discriminado a alguien!

Mensaje 2: a la diversidad!
- ¿Sabías que una de las mejores cosas que tenemos como humanidad es que cada uno de nosotros es único? Cada uno termina siendo una combinación única de experiencias, características físicas, creencias, emociones, etc. que dan como resultado a un ser único e irrepetible en cada momento.  Si aprendés a descubrir y valorar la diversidad que cada ser tiene para ofrecerte, podrás conectarte con lo mejor de cada uno, alimentándote de por vida de lo que hace a cada uno único y del paisaje que te ofrece esa diversidad casi infinita de sonidos y colores! No somos todos iguales! y eso es lo maravilloso! Abracemos la diversidad! Esto nos permitirá algún día vivir en armonía como humanidad!


Solo el miedo y la pereza de descubrir a cada ser único que nos rodea e incluso a nosotros mismos, nos invita a clasificar, agrupar y etiquetarnos rápidamente.  Nos angustia tanto el hecho de no saber y convivir con la incertidumbre, que entonces, en pocos minutos nos sentimos tranquilos de tener claro a quién tenemos en frente: "al típico" Ingeniero, Camionero, Arquitecto, Empresario, Am@ de casa, Médico, etc. (clasificación por lo que estudiaste o haces) o Cristiano, Judío, Musulman, Evangelista, etc. (por su religión) o de un Homosexual, Heterosexual, Bisexual, Trisexual, y así siguiendo con tantas categorías como sean necesarias para equilibrar la angustiante inseguridad del etiquetador.

El problema se agrava cuando uno mismo, para saber quién realmente es, necesita etiquetarse diciendo, por ejemplo: Soy Argentino, Soy Ingeniero, Soy Homosexual, Soy Creyente, Tengo tal discapacidad, etc.  El tema es que esta clasificación termina por creer que pertenecer a estas categorías te da identidad e incluso estas son las categorías que están en lo correcto, otras no tanto y otras definitivamente están equivocadas! Cuando eso ocurre, es cuando los etiquetadores dicen: "Somos todos iguales, pero solo por las dudas que se encuentren con alguna persona diferente, seamos tolerantes". 


¿Seamos Tolerantes?
Cuando uno ama al otro y no solo lo acepta como es, sino que lo valora por regalarnos esa diferencia o diversidad, no hay nada que tolerar y hay un todo por agradecer! Deberíamos ser más agradecidos con aquellas personas que valientemente se atreven a regalarnos esa diversidad generosamente! De lo contrario ¿Cómo sería? ¿Un heterosexual "tolerando" a un homosexual? ¿Un Cristiano "tolerando" a un Judío? ¿Un Ingeniero "tolerando" a un Arquitecto (para vos Toto! ;-) )? entonces, deberíamos tener como contrapartida un homosexual teniendo que tolerar a un heterosexual, un judío tolerando a un cristiano, etc. ¿Estamos todos locos? ¿Tan difícil es darse cuenta que no hay nada que tolerar? No se trata de "tolerar" que somos diferentes, se trata de aprender a valorar que así sea! Creemos que el problema religioso en medio oriente es la falta de tolerancia.  La isla Mauricio es una prueba viviente hasta en sus órganos de gobierno de valoración de la diversidad.  Tolerar implica aguantar, resistir con sufrimiento y esto tarde o temprano termina por explotar por acumulación de "tolerancia".  La tolerancia tiene un límite, el amor no!


 
Agricultores del odio
No puedo creerle a consagrados manipuladores que nos quieren convencer/demostrar con "hechos, ciencia e historia" y evidencia objetivas que alguien puede ser peor que nosotros por su religión, nacionalidad, preferencia sexual, etc.  Cualquiera sea el argumento y los medios utilizados para sembrar y cultivar el odio, rencor y sensación de superioridad por sobre otros seres, no merece mi atención! Aunque tuviera "razón", no lo necesito! gracias! ;-) Lo simpático del caso es que generalmente son esos agricultores del odio los mismos que nos piden tolerancia! (un tanto perverso ¿no?)

La gente que le hace daño a los demás no pertenece en forma exclusiva a ningún grupo o clasificación que podamos generar.  Hay de todo en todas partes y nadie es ni tan malo ni tan bueno (al estilo película de Disney).

Quiero dedicar el resto de la segunda mitad de mi vida a despojarme de prejuicios, de liberarme de la necesidad de etiquetar a los demás y a mi mismo.  Quiero aprender a conectarme con la mejor parte de cada elemento o ser que me rodea (personas, lugares, actividades, etc.) y crecer a partir de toda esa diversidad.


Creo en la línea espiritual/pensamiento que abrace la diversidad en su plenitud y que se base solo en el amor las interacciones con cada elemento que nos rodea (otros humanos, animales, plantas, ecosistema en gral.).

¿Nos animamos a no etiquetar? ¿Te preguntaste de donde vienen cada uno de tus prejucios? ¿Sos realmente mejor que los demás? ¿Cuál es el riesgo que encontras en la diversidad? ¿Te da miedo? ¿Como lo resolverías? ¿Te animás a desafiar un prejuicio por semana?

Daniel


Suscribíte al Blog! Próximamente, estaré compartiendo mi visión sobre las nocivas consecuencias de una sociedad educada desde la homofobia. 



miércoles, 30 de marzo de 2011

Un otoño con hojas escritas

Con la humildad y espontaneidad de siempre, Juan compartía con nosotros su sorpresa y admiración sobre el por qué algunos árboles perdían sus hojas en invierno, anticipando aquel deceso con su tradicional luto de marrones, naranjas y amarillos.

Compartiendo el placer del descubrimiento con Juan en el mismo momento que lo compartía, fue inevitable admirar, una vez más, la inteligencia de ese árbol, de ese cíclico proceso y de su creador.


Para quienes tienen la fuerte sospecha de haber faltado al colegio/escuela justo ese día (como fue nuestro caso), les cuento que resulta que el árbol, sabiendo que el frío, falta de agua y menos sol del invierno pueden poner en riesgo su supervivencia, decide dejar ir aquello que tan útil y grande lo hacen parecer y sentir: sus hojas (más info)

Fue inevitable colgarme (sí, una vez mas) con esta idea y preguntarme: ¿Qué nos quiere decir el árbol cada vez que pisamos una de sus hojas? ¿Cuáles serían nuestras hojas? ¿Cuándo llega nuestro otoño? ¿Cómo podríamos detectarlo? ¿Podríamos iniciarlo voluntariamente? ¿Qué es eso que parece tan útil o necesario para nosotros y los demás y que deberíamos dejar ir para pasar fortalecernos o simplemente sobrevivir? ¿Por qué algunos árboles no sufren este proceso natural? (árboles perennes) ¿Por qué nos regala otros colores antes de deshojarse? Un árbol que se muestra desnudo, sin hojas, ¿Es realmente el más vulnerable o todo lo contrario? ¿Todos tendremos nuestro otoño? ¿Habrán otoños sin inviernos? ¿Cuantos otoños podríamos resistir o disfrutar? Cuando llega la primera, ¿Por qué salen esas hojas nuevas con tantas ganas, si saben que tarde o temprano serán ornamentación temporal sobre calles, campos y veredas? Un árbol sin hojas ¿estará en proceso de reflexión/introspección? ¿qué pensará?

Puedo ver en cada árbol desnudo, uno más que perdió cualquier chance de distracción a la hora de conectarse con su propio esencia: sus raíces, tronco y ramas.  ¿Cuál sería nuestra esencia? ¿Nos deshojaríamos del resto de las cosas que no hacen a nuestra esencia para quedarnos solo con lo que realmente somos? ¿Nos animamos a mirarnos sin hojas? ¿Por qué lo haríamos? ¿Por quién lo haríamos?

Esto me recuerda algo que mi vieja (sabia y admirable mujer) me dijo una vez: - "Hijo, cada vez que creas haber logrado algo en tu vida (títulos, bienes materiales, relaciones, etc.), hacé el ejercicio de preguntarte: SIN esto que acabo de lograr, ¿Quién SOY realmente? ¿soy algo más que esto que acabo de sumar? ¿Cuánto me ayuda a crecer este nuevo logro? ¿Cuánto le ayuda a los demás?

¿Te invito a responder cada una de estas preguntas sin hojas que interfieran tu silencio? ¿Cuándo empieza tu próximo otoño?



Cuánto que tenemos por aprender de la naturaleza! Si solo nos animáramos a detenernos a contemplar toda la magia que nos rodea y reflexionar sobre lo que tiene para decirnos... tal vez no nos quedaría tiempo para informarnos ;-)


Daniel

lunes, 7 de marzo de 2011

La fiesta de una cosecha cultural

El disparador:
Hubiese querido inaugurar mi blog de otro modo o al menos con otro tema, pero por algún motivo siento hoy la necesidad de compartir lo que siento y pienso (Y gracias al feriado por K-arnaval tengo tiempo).

IMPORTANTE: La finalidad de invitar a una reflexión que nos conduzca a la acción!

Finalizando el 2010 Miguel Flores (periodista del suplemento económico del Diario Los Andes) me preguntó cuál había sido el producto del año (2010).  La pregunta esperaba una respuesta referenciando a algún producto o servicio que se hubiera destacado por algo durante ese año.  Mi primera respuesta fue algo así:

"LA CONFRONTACIÓN.  Si algo se consumió durante el 2010 fue la confrontación y la descalificación del otro.  Sin importar de quién contra quién, políticos, empresarios, sindicatos, medios de comunicación, ciudadanos, etc. Es como si no entendiéramos las consecuencias auto-destructivas de confrontar.   El diálogo respetuoso y humilde de todos se ha rendido a los pies del Ego desequilibrado de unos pocos."

A pesar de lo que mi respuesta podía complicarle la edición, Miguel consideró destacable utilizar el final de mi respuesta como el título de la entrevista

No fueron pocos los amigos y colegas que me preguntaron, con el respeto y calidad académica de siempre: "¿Qué carajo quisiste decir?"

Lamentablemente, el Giga-papelón que nuestra provincia brindó anoche, me servirá como un triste ejemplo para profundizar el análisis sobre esta enferma costumbre Argentina de la CONFRONTACIÓN.

La reflexión:
Reza una reflexión oriental que un pez en su habitat puede verlo todo a excepción del agua que lo rodea.  Recién cuando el pez está afuera del agua es cuando puede advertir aquello que lo rodeaba todo el tiempo.
Algo equivalente creo que nos ocurre a los argentinos con el desequilibrio en nuestro EGO personal.  Es tan omnipresente el festival de EGOS desequilibrados que nos rodea día a día en cada ámbito, que cuesta advertirlo desde adentro como Argentino.  Recién cuando uno mismo puede "vernos desde afuera", advierte cuan ridículo y auto-destructivo es nuestro EGO (cuando escriba EGO en mayúsculas, me refiero al ego desequilibrado y no a aquel que necesitamos sanamente para vivir)

Cualquier grupo de personas con algún objetivo compartido a alcanzar, como una empresa, familia, sociedad en gral, etc., necesitan organizarse, ponerse de acuerdo en los objetivos y en la forma de alcanzarlos.  Cuando el número de miembros es demasiado grande, para facilitar el diálogo a la hora de los acuerdo y salvar los inconvenientes, que sin dudas surgiran durante el camino, generalmente elegimos (en ambientes que se precien de democráticos) a las personas que nos representarán para esta delicada misión. ¿Qué ocurre si esos representantes de nuestra sociedad (gobernantes, directivos, funcionarios, gerentes, sindicalistas, etc.) dejan de escuchar su mandato original, o lo que es peor, solo escuchan la voz interior de su EGO que les dice cosas como:

- "Capo! si aceptás lo que están planteando, que por cierto esta muy bien, vas a quedar como un estúpido por contradecirte! Ya nos hicimos los bravos! ahora hay que aguantarla hasta el final!"
- "La idea/postura que plantea es razonable, pero no podés aceptarla por de quién viene! vas a quedar como un blandito siguiendo instrucciones de alguien que no vale nada!"
- "Lo importante no es resolver el problema/conflicto.  Sino quién tiene la razón! Y si claramente no tenés razón, que les quede claro que quién tiene el poder!"
- "No importa si perdemos todos! lo importante es que no mostremos debilidad!"
- "Se trata de principios!! No podemos permitirle a nadie que no nos reconozcan TODO lo que valemos!"
- "Si no ganamos nosotros, no gana nadie! Aunque perdamos TODOS!
- "Si te mantenés firme en la postura, explota TODO! y vas a pasar a la historia por haber sido el que produjo la explosión! No cualquieraaaa!"

Y lamentablemente, esta lista podría seguir!

La Conclusión:
Lo de anoche fue solo un ejemplo de lo que nos pasa, con tremenda y lamentable repercusión mediática! Toda una provincia fundada en el esfuerzo llora la debilidad de un pocos imbéciles que disfrutaron perversamente de su poder transitorio de cambiar el curso de la historia.

Este año se rendía homenaje a 75 años de continuidad de la celebración de la Fiesta de la Vendimia (Cosecha de la uva) y lo que mejor supimos hacer, fue el compartir con quienes nunca lo habían vivido, lo que siente un viñatero al ver cómo una manga de piedras le arranca en pocos minutos el trabajo de todo un año y la ilusión de los próximos.
Es tal el nivel de incompetencia (de ambos lados) que encuentran en esta forma de resolver conflictos, la forma de perpetuar su nombre en la historia, aunque más no sea como destacados mediocres de nuestra sociedad.

BASTA!!! Me duele la esperanza cada vez que veo a mis colegas dirigentes que siguen trabajando para mantener la obesidad de sus EGOS en lugar de buscar el bien común pensando en el largo plazo!

Y no me preocupa tanto la mediocridad de viejos reconocidos mediocres dirigentes actuales que, con el tiempo y la amabilidad de sus decesos dejarán lugar a las nuevas generaciones.  Lo que me preocupa es el ejemplo con el que estamos formando/entrenando a los nuevos dirigentes.  Me imagino uno de estos "Sen-Sei" diciéndole a su pequeño saltamontes: "Lo importante es desarrollar poder.  Por el poder mismo! Después algo se te va a ocurrir! Con el poder conseguis hasta las ideas para hacer algo! Lo importante es que puedas medir la fuerza que tiene tu poder aunque no tenga ningún sentido la causa.  Es más, mientras menos sentido tiene el reclamo, más estas demostrando tu capacidad para construir poder como dirigente, ya que movilizar a la gente por una causa razonable, lo hacer cualquiera ¿no?"

En el fondo, detrás de la crisis del campo por las retenciones, detrás de un vicepresidente que lidera la oposición en funciones, detrás de la toma absurda de facultades, detrás del bochorno de anoche, hay una fuerte y profunda crisis individual de EGO!

Lo de anoche, no fue otra cosa que la fiesta donde se celebró la cosecha de una cultura de la confrontación cimentada en la necesidad de medir la fuerza de mediocres dirigentes nutriendo sus EGOS!

La Invitación:
Te invito a comentar con todas aquellas FRASES que te imaginas que los EGOS de estas pequeñas personas les dictaron a ambas partes anoche: Sindicalistas de los artistas y Funcionarios de turno.

Trabajemos para que el Bien Común sea el más común de los bienes!

El reconocer la voz interior del EGO y su modus operandi, puede ser un camino más para acallar todos aquellos mensajes que nos seguirán guiando a ningún lado!

ARREGLEMOS LA SOCIEDAD! TRABAJEMOS CADA UNO EN POS DE UN EGO EQUILIBRADO!

Espero tus comentarios

Daniel