martes, 23 de julio de 2019

Amigos de la Luna





En Julio de 1968, el Pablo le pedía al Julián, un niño de solo 5 años y primer hijo de su amigo Juan, que tomase nada menos que ESA "triste" canción (Hey Jude!) como propia y la hiciera mejor ("take a sad song and make it better").  





"Perception is Reality"
Que no tengamos el poder de cambiar lo que pasó, pero sí el de resignificar o reinterpretar un hecho al límite de trascender poéticamente aquello que lo inspiró, me renueva las esperanzas.


Ya sabemos que una cosa es lo que ocurrió (el hecho), otra es la que cada uno de nosotros podemos percibir a través de nuestros sentidos, incluyendo una gran variedad de limitaciones/distorsiones y finalmente, la interpretación o lectura que cada uno hace combinando lo que percibió con un océano de historias propias, deseos, prejuicios y sesgo cultural, entre otros innumerables condimentos.


El 20 de julio de 1969 y por primera vez, el ser humano ponía un pie sobre su único satélite natural (el hecho).  Esto fue percibido por el mundo a través de las pocas pantallas con muy baja resolución que la época ostentaba y de allí en más, las interpretaciones fueron infinitas.

Una sola hinchada mundial
Huella de Neil Armstrong en la luna
Mientras muchos lo interpretaron un logro científico, tecnológico, cultural y hasta militar (guerra fría), alguien más, en la otra punta del continente, en lugar de mirar lo que ofrecía la pantalla, tuvo la capacidad de mirar a quienes las miraban.  Él era un argentino que falleció el 4 de noviembre de 2008. Odontólogo, músico y profesor de psicología y filosofía. Enrique Ernesto Febbraro (masón como el mismísimo tripulante del Apolo 11, Edwin Aldrin), tuvo la sensibilidad necesaria para advertir que en menos de un siglo con dos guerras mundiales y en plena guerra fría, la humanidad toda se unía celebrando una misma conquista.  Enrique concluyó que el verdadero gran paso para la humanidad no estaba ahí donde todos lo veían. Se trataba de todo el mundo festejando en un abrazo de gol único. Que por primera vez, éramos todos del mismo equipo, o al menos, parte de la misma hinchada. Por un momento, se había desvanecido el "ellos y/contra nosotros" para estar ahí, todos celebrando justo ahí, en la intersección de todas las grietas posibles. 


Enrique Ernesto Febbraro

Y eso fué lo que hizo Enrique. Tomó ese hecho histórico como propio y lo transformó en algo mejor. Tanto mejor que no solo no requiere de ninguna explicación, ni resiste media teoría conspirativa. Este festejo terminó estableciendo la única celebración (no religiosa) capaz de cubrir a todas las personas de varios países en Sudamérica (Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil)  


Make it better!
Ya que no existe una única realidad, sería genial, o más que genial, necesario, que la nuestra, esa que surge de la interpretación de lo que percibimos de los hechos, sume habitualmente una mirada más positiva, superadora y humana. La realidad que creamos puede mejorar o deteriorar la de otros, así que creala con responsabilidad ;-)


Me gusta creer que cuando elegimos a alguien como amigo/a, lo que estamos haciendo realmente es pidiéndole en silencio que se "apropie" de nosotros, para transformarnos en "algo" mejor. Tal vez, en algo/alguien capaz de contribuir y compartir nuevas y mejores realidades.